miércoles, 24 de octubre de 2012

Pieza para lavadero.

Que la capacidad de sorprenderse es una virtud que no debemos perder es algo que día a día nos recuerdan algunos de nuestros trabajos.
En muchas ocasiones uno recibe encargos que a priori le resultan “extraños”, pero el respeto a los gustos e imaginación de nuestros clientes priman por encima de los convencionalismos, y nuestra labor es materializar aquello que nuestros clientes nos piden.
Cuando trabajas no entras en valorar el acierto estético del cliente a la hora de pedirte determinado producto, y te centras en ejecutar perfectamente tu trabajo, y  en el caso que les mostraré a continuación, a medida que el proyecto iba tomando forma me iba gustando más y más…
Les confieso que para cuando estábamos acabando este trabajo, pendiente solo de colocación en casa del cliente, esta pieza ya me tenía “robado el corazón” y eso que cuando nos “presentaron” me temí que me iba a tocar “bailar con la fea”, y sin embargo… para cuando acabamos el montaje me pareció que era de las que sí o sí les tienes que pedir el teléfono antes de que se marche de la fiesta…
Si algún día, tengo una casa con barbacoa en el patio y necesito una pieza auxiliar en el lavadero le “robaré” a este cliente su diseño… 
¡lo tengo claro!

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