sábado, 3 de marzo de 2012

Restauración mesa.

Acudió a nuestro taller un señor con un mármol usado, con evidentes marcas de la degradación que el paso de los años habían causado en la piedra, y nos realizó un encargo con una bonita historia detrás.
El mármol en cuestión, Rojo Alicante, había estado desde que tenía uso de razón en casa de sus padres, pertenecía a un viejo mueble que presidia el comedor. A la muerte de sus padres recogió el mueble, e incapaz de tirarlo lo había guardado durante años arrinconado en el garaje, hasta que la humedad, el tiempo y el abandono habían hecho mella en la madera haciéndolo ya irrecuperable, con lo cual tiró el mueble, pero conservó el mármol.
Años después en una feria de antigüedades, en Cardedeu, había encontrado una pequeña mesa de mármol, con un chasis de hierro forjado. La compró, restauró el chasis, tiró el mármol blanco con el que venia la mesa y nos trajo aquel que durante tanto tiempo había almacenado en el garaje. Quería que le hiciéramos el sobre de la mesa porque “ese mármol me recuerda a mis padres”… y lo bonito de todo es que este cliente en cuestión fácilmente debe superar los 70 años…








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